Sólos, amándonos me repites que no puedes vivir sin mi.
Cuando nadie me ve soy el hombre de tu vida, la razón de tu felicidad, tu pasión, tu satisfacción.
A la luz del día ni siquiera somos amigos.
Por la calle no me reconoces, no me saludas, me ignoras.
Y ante esto que siento no puedo resistirme a tu encanto, a tu belleza y vuelvo a caer.
Y en esa soledad me pierdo noche a noche, día a día sin saber dónde ir, sin saber si algún día tendrás la valentia o los huevos para caminar a mi lado en la calle y aceptarte y aceptarme y ser felices a la vista de todos.
¿Qué eres capaz de hacer por amor?
¿Qué eres capaz de esconder por vergüenza?