Lo vi desde lejos, moreno, con pancita pero delgado... él no me vio.
Pasó a mi lado y la vibración fue tal que decidí seguirlo un par de cuadras.
Al alcanzarlo pude ver que su cuerpo prometia más de lo que dejaba ver su ropa.
Pasé a su lado despacio y me sonrió... caminamos juntos unas cuadras más hasta un lugar poco transitado de San José y en un recoveco logré conocer todo lo que podía ofrecer.
Con mis manos toque bajo su pantalón y descubrí una incipiente erección. Sus labios sabían a tabaco, pero su aliento era dulce y me dejé llevar.
Al percatarme estaba arrodillado con su picha en mi boca, pero la erección nunca llegó a completarse por lo que cambiamos las posiciones y ahora era él quien tenía mi muy erecta picha entre sus dientes.
Se levantó y me dijo que lo disculpara pero que era la primera vez que tenía sexo callejero y por eso no lograba la erección, yo supe comprenderlo, él continuo tocandome hasta hacerme venir en su mano.
De pronto como a 15 pasos se escucharon unos pasos, era un grupo de policias que hacia ronda y la diverisón tuvo que parar, callamos para que no nos vieran y cuando se habían alejado caminamos en dirección contraria. Lo acompañé hasta la puerta de la casa de sus tías y quedé con ganas de volverlo a ver.
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