mayo 07, 2012

Compañeros de trabajo

Desde el principio me recordó a mi ex y esa idea no se me salía de la cabeza.

Ese día era mi turno para cerrar la oficina y él se levantó al baño mientras los demás se despedían, era un viernes cualquiera y ambos tomabamos rumbos similares al salir de trabajar.

Al empezar a apagar las luces sentí su cuerpo, por mucho más alto y robusto que el mío, detrás de mi cuerpo. Al principio pensé que era algún tipo de broma de las que por costumbre nos hacíamos pero esta vez estaba equivocado.

Él tiene su novia, que vive con él y supongo yo satiaface sus necesidades más básicas y carnales. Lo que yo no sabía era que él necesitaba algo más para satisfecerse.

Me arrastró con fuerza dentro de la cocina, me desnudó con violencia sensual y me dejó tal cual vine al mundo. Por mi cabeza pasaron todo tipo de implicaciones laborales, yo estaba en su línea directa de mando y ya me pareceía ver una demanda por acoso en mi expediente.

Al principio tod aquello me frenó un poco, pero la verdad es que su parecido con mi ex me venció y lo dejé hacer lo que quisiera.  Hacía alún tiempo que no sentía un cuerpo con tantas ganas y un hombre como él me hacía sentir reconformtado.

De todo lo que pasó recuerdo apenas sus dientes clavados en mi cuello, su falo grande y rosado, grueso como lo había imaginado más de una vez, esa fuerza con que cogen los machos y esa expericiencia que me dejó deseando más.

Su cuerpo aunque no perfecto me dejaba conocer el placer de un hombre sediento de sexo, su calor me hacía desear su pene dentro de mí y su habilidad me hacía querer que no acabara.


Al fin terminó, no dijo nada y se fue. Este lunes no hubo comentarios, no hubo miradas complices, no quedó nada. Yo pasé un fin de semana satisfecho por un buen sexo y ahora me pregunto si en algún momento se repetirá.