diciembre 23, 2009

¿Hasta dónde llega la amistad?

Hace algún tiempo U.A.S. habló de que algunos amigos tienen fecha de caducidad y hoy tomo esa premisa para contarles lo que me sucede.

Mi "mejor" amiga y yo nos conocimos hace casi 10 años, ambos hemos pasado por relaciones, situaciones, cambios de carrera y y algunas cosas más apoyándonos como buenos amigos.  Pero desde hace como 2 años ella dice que yo no le dedico el tiempo que se merece... Pero debo confesarlo es una persona depresiva (deprimente), cada vez que sales con ella el comentario inicial es " a mi nunca me pasa nada, mi vida es una mierda" o "me voy a quedar solterona, la vida es una mierda".  Comentando con una compañera de trabajo sobre el asunto me dijo, " mae a ese tipo de personas hay que sacarlas de la vida de uno" y una muy buena amiga desde hace como 8 años me viene diciendo que " la amistad no puede llevarlo a uno a meterse a la tumba con sus amigos, puede acompañarlos hasta la orilla de la tumba pero si ellos quieren ser enterrados entonces es su elección".

Yo estudio, trabajo y vivo solo. Cocino todos los días pues no puedo darme el lujo de salir a almorzar todos los días pues mi salario no me lo permite. Lavo y aplancho mi propia ropa, limpio mi casa y muchas veces llego tan cansado que lo único que quiero es llegar a dormir, pero antes debo cocinar, si no el siguiente día no almuerzo.

Ahora bien a mi amiga salir a tomarse un cafe, a cenar o simplemete a hablar un par de horas no le basta... No señor, hay que amanecer en la calle, ojalá borracho y vomitado hasta los codos. Y por si fuera poco, verse un par de veces a la semana para ella no es suficiente, hay que verse todos los días y quedarse hasta que salga el sol en algún bar (bar de esos en que la gente se sienta a hablar aunque no escuchen lo que digan). Diario mínimo una cerveza (pero jamás decirle que es alcoholica).

Hace mes y medio me evita, escribe correos a todos los amigo invitándolos a salir y a hacer actividades, me dirige copia a mi y cuando yo respondo ella acepta la invitación a salir, pero horas más tarde me sale con la excusa de que tiene compromisos que atender y que entonces no puede salir conmigo.

La última vez que hablamos me increpó de la siguiente manera " mae usted TIENE que tener tiempo para usted", yo me pregunto ¿el tiempo lo debo tener para mi o para ella?. Yo le respondí, mae yo no tengo que nada, la amistad es una elección y no una obligación y si yo respeto sus decisiones y forma de ver la vida (aunque no este de acuerdo) usted lo mínimo que podria hacer es respetarme a mi.

¿Hasta donde llega la amistad? ¿Tiene fecha de caducidad realmente? ¿A qué estamos obligados por complacer a un amigo? ¿Será que uno debe dar y sin esperar respeto y comprensión?

Realmente no sé si es el fin de la amistad, lo que si sé es que no me nace verla - después de tres rechazos de su parte - no siento ganas ni de darle su regalo de navidad.

diciembre 21, 2009

Al fin me decidí

Estuve casi treinta años dudándolo... Ya le había consultado a mi "estilista" y me había dicho que la forma de mi cabeza era la precisa para esto... Pero y si me veo extraño... y la cobardia...

Oh por Dios!!!!


Pero bueno ante la duda y con la firme creencia de que el cabello crece... me rapé y he quedado guapisimo... Con lo que me gustan los hombres sin cabello en la cabeza (pero con sombra de que es una decision y no la última opción).

Ahora si nada más espero no lucir como reo recién estrenado en la cárcel.

Eso si les aclaro que no me estoy quedando calvo... aunque si así fuera tampoco lo ocultaría.

diciembre 15, 2009

Y mi cabeza amaneció cantando

Les ha pasado que un día se levantan y una canción en especial llena el empezar de su jornada...

Bueno yo siempre digo que yo ando mi Karaoke personal y que por lo tanto no uso aparaticos para escuchar música, pues sea donde sea ando cantando (susurrando o a plena voz) alguna canción.

Y sin saber por qué, cómo, ni cuándo hoy mi cabeza amaneció cantando esto, El Album de Los Aterciopelados, pues bueno... he cantado en el bus, de camino a la oficina y lo mejor es que sólo recuerdo la parte que dice: "No necesito flash aúnque sea de noche...."

Cuenténme ustedes qué cantan sus cabezas cada mañana.

diciembre 10, 2009

Sed

Ya llevo dos vasos de agua.
Afuera estuvo lloviendo, y por suerte estoy solo en el apartamento.

Ha sido una noche un tanto larga y muy agitada. Desde que estuvimos hablando por la tarde, he tenido ciertos problemas para "manejar mis hormonas", que es la forma más elegante que encuentro para decir que he estado bien duro y excitado.

En realidad vengo desde hace días con ganas de coger, bien bien rico, y admito que hablar con vos no me ayudó para nada a calmarme. Más bien, después de que fuimos a tomar café, empecé a pensar en vos, en las veces en que nos perdimos por algún hotelillo a pasar la tarde juntos, quitandonos la ropa, y sudando para pasarla bien. Ojalá vos lo recordés también.

Mierda, ya estoy duro otra vez. Ya me siento otra vez excitado, pero me preocupa que ya me he "dado placer" dos veces. Bueno, esa es la forma civilizada de decir que me la he sobado como un salvaje, y que he quedado bañado en mi propia leche. Vos siempre me has dicho que hago mucho ruido cuando me vengo, y tenés razón, pero por suerte mis vecinos de arriba no pudieron escucharme por el ruido de la lluvia. Uy, mirá, sí es cierto, aún no he arreglado esa hijueputa gotera.

Así que bueno, estoy frente a la compu aquí a medianoche con dos vasos de agua, con la verga ardida de sobármela en tu nombre sin que te dés cuenta, y estoy escribiéndote que son las doce medianoche y me la he sobado ya dos veces en tu nombre, para que te dés cuenta. Es vacilón, vieras que llegó un momento en que ya no se me ocurría en qué más pensar para excitarme. Era como si ya te hubiera comido por completo. Bueno.. comer no es el verbo que tengo en mente.

Primero recordé tu voz y la forma tan deliciosamente vulgar en que me insinuabas que nos escapáramos a coger. Cuando me lo decías, ya estaba perdido, arrastrado por ese rumor de tus palabras. Luego tu sonrisa de malo, y tus ojos, sobre todo la forma en que los tenías cerrados y fruncidos cuando te venías. Me encanta ese gesto tuyo que tenes al regarte. Arrugás la cara y parece como si algo te doliera, y de pronto abrís los ojos como si estuvieras viendo un fantasma o quién sabe qué, hasta terminar con la frente sudada y el pelo despeinado.

Después de eso, recordé tus hombros, anchos, donde me gustaba tanto pegarte un mordisco mientras nos bañábamos, y donde más de una vez colocaste mis rodillas al penetrarme. Y tus brazos, oh por Dios, esos brazos tuyos me vuelven loco, sobre todo cuando me abrazabas fuerte, o cuando usabas tu fuerza para dominarme y jugábamos a que me violabas, y yo muy gustoso me dejaba violar por vos.

Cómo me gustaría que me volvieras a violar así como lo hacías.

Después de eso, recurrí a tu pecho, suave y duro a la vez, que yo usaba para morder y tambien para descansar mi cabeza cuando me sentaba encima tuyo y vos me penetrabas, y me cansaba de subir y bajar. Luego, tu abdomen, o panza (sé que te acompleja un poco estar un poco pasadillo de peso, pero creeme que te ves muuuy bien.. no estás gordo.. pero sé que no importa cuántas veces te lo diga, no me vas a creer).

Ya al final caigo en tu verga, en tus huevos, en tu culo.. Tres lugares a los que siempre quiero volver por más. Tu olor a piel sudorosa y excitada. Tu sudor que resbalaba por la espalda y llegaba hasta tus nalgas. Tu verga dura y deliciosa que yo chupaba con descontrol mientras acariciaba con mi mano izquierda tus huevos, todo para que gimieras.. Y de ahí a chuparte el culo. Que sé que la primera vez tenías desconfianza, pero luego te gustó. Me encanta pasar mi lengua por todo tu cuerpo, pero es en tu verga y en tu culo donde podría pasar horas lamiéndote, llenándote de mi saliva.

Mierda.. ya estoy duro otra vez.. Ya ni siquiera quiero sobármela. No es por el dolor. Ya superé lo de la excitación.

Ahora es algo más.

Una necesidad básica, primordial. Va más allá del deseo y las ganas de sentir tu cuerpo sobre el mío.

Es algo orgánico, metabólico.Por eso hablo de sed.

Porque el deseo no es un fuego, como nos lo han pintado.

No.. es un río que arrastra, una corriente, un ruido de cascada que destroza los planes que tenía en la tarde para así escaparme con vos. Un dique que estalla y nos baña. La lluvia y el rocío que brotan de tu cuerpo. La húmeda necesidad de sentirte y ahogarme en vos..

No... es más bien unas ganas de beberte, de saciarme de vos, de que me perfumes con tu sudor.. de que tu saliva sea tinta en mis labios, y pinte caminos en mi pecho... de ser inundado con tu semen dentro de mí.

Voy a la cocina por el tercer vaso. Nunca es suficiente.

diciembre 04, 2009

Color miel



Y por un segundo sus ojos color miel se clavaron en los míos
y fui testigo de la creación de Universo.

diciembre 03, 2009

Aquella Feliz Navidad...

Convencido por mis padres de que ya estaba grandecito para que el Niñito Dios me trajera regalos en navidad ayudé a decorar la casa como todos los años... Tamales van y tamales vienen, posadas, invitaciones...

Más tamales con salsa lizano y para bajarlo una rica agua dulce. Cantos, villancicos y miles de horas perdidas viendo en la tv los cuentos de navidad de todos los personajes de la infancia, me fui haciendo a la idea que sería un niño grande a partir de aquel año... me costó pero sabía que la situación económica de mi familia por aquellos años no era la mejor. Mi mamá nos compraba todos los años una mudada para estrenar el 25 de diciembre y otra para el 1 de enero, eso si siempre los mismos zapatos que debían servir al menos un año.

Mi hermana menor había pedido al niñito una barbie, mis hermanos mayores ya no recibían regalos aparte de la ropa y a mis papás no recuerdo haberlos visto comprarse nada para ellos. Yo era un niño bueno e inocente que todavía pensaba que si me portaba bien, sacaba buenas notas y obedecía a los mayores entonces el niñito tendría compasión de mi y si mi familia no podía regalarme nada entonces él me traería la pista de carritos o los legos que tanto me gustaban.

Pero mi madre me había sentenciado y preparado diciéndome que no me hiciera ilusiones, que ya estaba grande y que apenas alcanzaba para comprarle una muñequita a mi hermana.


Ese 25 de diciembre me levanté sin muchas ganas, mi hermana ya gritaba de alegría en la sala pues debajo del árbol (una rama de cipres con bombillas de colores) había un regalo para ella... Yo me acerqué a ver la muñeca que le había traido el niño Dios y vi en paquetito pequeño, envuelto en papel de regalo de colores y era para mí... Cuidadosamente desenvolví el regalo y pude ver un view master color celeste, por mis mejilas rodaron unas lagrimotas y mi voz no lograba salir.

Esa navidad es la que más recuerdo de toda mi vida... este año me encantaría volver a sentir esa emoción de sorpresa y gusto al encontrar esas pequeñas cosas que llenan el alma (aun que no sean celestes).

diciembre 01, 2009

Los días...

Los días que siguieron a "La Cita" fueron maravillosos... Él, Carlitos, era todo lo que había pedido de un hombre... más bajito que yo, guapillo, de conversación interesante y buenos modales, bien presentado pero sin ser un estresdo por la moda. Para mí salir de clases e irme corriendo a su universidad a esperarlo a la salida se convirtió en pan de todos los días. Carlitos salía y bajabamos caminando hasta el centro de San José. Hablabamos de todo un poco, un beso en la parte oscura del trayecto y un abrazo al despedirnos...

Sentía que el amor me invadía despacito... mi corazón saltaba cada vez que lo veía, bailaba dentro de mi pecho al saber que por 20 minutos estaríamos juntos y que por 2 minutos sus labios me besarían con gran pasión.

Había algo que me preocupaba... algunos días andaba el teléfono celular y otros días no... esos días en que faltaba el celu otra persona era quien contestaba... yo colgaba rapidamente y pensaba que había errado el número pero no marcaba de nuevo.

Carlitos me invitó a su casa, quería que conociera a su familia... El día que llegué a su casa no había nadie, excepto la abuela encerrada en su cuarto, el resto de la familia estaba en reuniones o en actividades extracurriculares. Aprovechamos que la noche nos dio el chance de estar solos en su cuarto para conocernos... desnudarnos mutuamente y probar el dulce aroma de nuestras pieles a media luz.

Sentir el peso de aquel cuerpito fue delicioso, el calor de sus manos desdibujaron mi cuerpo delicadamente contra su cama... los jadeos no se dejaron esperar y lo que pasó sobre sus sábanas ha quedado grabado en mi memoria.

En el segundo chance para conocer a su familia me dejó con mucho que pensar. Toqué le puerta y su madre abrió al instante...
- Pero si es igualito a Norman, no hay duda. -

-Perdón. - Le dije. - ¿Está Carlos? - Yo sabía que no estaba, fue a hacer un mandado rápido y regresaría en 15 minutos, aún así insistió en que fuera a su casa. Ante la duda de quién era Norman, cuando Carlitos regresó le consulté y durante media hora estuvimos viendo las fotografías de este otro yo. Era un chico igualito a mí, sólo que más alto y con mejor cuerpo. Tuve miedo y pensé que aquel chico había muerto y yo llegaba a ocupar su lugar... o que quizá cuando Carlitos no andaba el celular era Norman quien usaba el teléfono.

De primera entrada no comprendí por que la madre de Carlitos al llamarlo al celular para que se apresurara le dijo - aquí está el otro -.

Aquel día tuve tiempo de conocer a la familia completa... papá, mamá y el hermanito menor, la abuela nunca salió de su reclusión.

Las dudas me asaltaron al salir de la casa aquel día, porqué su madre decía que yo era el otro, quién se dejaba el celu cuando Carlitos no lo tenía...