agosto 30, 2012

Sobos Interruptus

San José, Costa Rica, miércoles 29 de agosto, temperatura 24° C, tremenda fila para sacar una cita en un hospital público, las señoras mayores, el clima, las quejas y lo cerrado del local hacían que la gente empezara a desesperar.
 
Luego de un rato me percato que detrás mío está parado un hombre de aproximadamente 30 años, moreno, con ropa holgada, con pinta de estar de vacaciones. Tiene buena espalda y un bulto que llama la atención.
 
Él se sabe observado, se sabe deseado, así que empieza a moverse de manera sexapilosa, de repente por obra y gracia de Jebús abren más ventanillas y las recepcionistas dan un servicio más eficiente, 5 minutos después estamos ambos fuera del local sanitario, caminando como tontos sobre la misma acera sin cruzar palabras.
 
Noto que ve mi trasero y me hace una indicación para caminar en dirección contraria a la que llevamos. Lo sigo, el morbo me mata, estoy muy exitado y se nota que él también. El bulto en su pantalón se ve más amplio, más grande, más grueso. Yo voy imaginándome todo lo que va a ser mío.
 
Lo mismo pero sin el carro ni el suspensorio.
Llegamos a un lugar algo solitario, él empieza a descender unas escaleras algo escondidas y yo lo sigo, hemos descendido al menos unos 3 metros del nivel original de la calle y quedamos ocultos entre la vegetación, unas grandes veraneras llenas de flores. Él saca su instrumento que si bien no es tan grande como aparentaba, es bastante disfrutable, yo me acerco para tocarlo y se escuchan unos pasos, alguien baja la escalera detrás de nosotros.
 
El que descendía era un hombre de mediana edad, algo gordo y desaliñado, con pinta de vendedor de lotería, alcanza el nivel al que nos encontramos nosotros y nos ve con ojos encendidos, nota nuestra exitación y empieza a acariciar su bulto que también se notaba exitado.
 
Yo como buen depredador no pienso compartir la presa, y le indico al moreno que nos vayamos, el vendedor de lotería entiende la situación y empieza a ascender la escalera, nos deja solos, pero se queda en el rellano unos escalones más arriba espiando.
 
El moreno se saca la picha y me pide que yo haga lo mismo, me la saco y el moreno se agachó a disfrutar lo que tenía que ofrecerle. El vendedor de lotería sabía lo que ocurría y como buen carroñero quizo interrumpir de nuevo, el moreno no soportó más, dijo que así no iba a hacer nada, se acomodó el pantalón y se fue, dejándome con el sobo a medio palo.
 
El vendedor de lotería satisfecho de no dejar disfrutar a nadie si él no podía disfrutar, se alejo contento.

agosto 29, 2012

Haciendo trencito

Es harto conocido que ya no soy un veinteañero, es harto conocido que me gustan mucho los hombres, pero ayer, ayer no fue uno de mis mejores días.
 
Me siento halagado de que le atraigo a alguien, que mi cuerpo puede ser objeto de deseo de algún otro hombre.
Caminaba rumbo a la oficina en un caluroso día, y a lo lejos vi a un adulto mayor, se veía que era un hombre de unos 80 años o más, él caminaba por el lado contrario de la calle, dificultosamente podía moverse a la velocidad de un hombre normal. Séamos sinceros, el señor hacía trencito.
 
Cuando se percató de mi presencia empezó a acariciarse de manera bastante obcena, algo que a mi edad no haría en plena calle, sus ojos de anciano cariñoso se tranformaron en ojos de pervertido, lo juro, no es la primera vez que me miran de manera lasciva, pero un señor mayor nunca me había lanzado los perros de manera tan descarada.
 
No me sentí ofendido, pero si puedo decir que no creo que llegue a tener algún tipo de relación  con un hombre que tenga más de 10 años que yo.

agosto 17, 2012

A falta de pan... galletas.

Hace muchos meses que no sucede nada.

Nada digno de convertirse en una anéctoda. La vida entre los estudios y el trabajo es cansada, uno ya no es precisamente un güila y pues cada vez cuesta un poco más que los hombres jóvenes lo vuelvan a ver a uno.

Pasando por una sequía que podría decirse la peor hasta ahora he apostado por diversificarme un poco, no no he decidido entrarle a las feminas, A FALTA DE PAN, GALLETAS PERO TORTILLAS JAMAS!!!!!!.

Espero pronto tener algo más para contar, algo que sea menos frívolo que la vida cotidiana, si bien es cierto que hay que alegrarse de los pequeños triunfos, este no es el lugar para compartirlos. Aquí venimos a raja tablas a hablar de lo que pasa en la vida (sexual) y punto.