noviembre 08, 2010

Neblina

En medio del silencio, la quietud dolorosa y aquella sosobra bajamos por entre los escombros. Apenas amanecía y una luz blancuzca dejaba ver la magnitud del suceso. Al principio con el barro hasta las rodillas y el  frío hasta las huesos, más tarde llenos de tierra y temblando ante lo que no imaginabamos ver en aquel lugar.
La solidaridad de los lugareños, sacando las pocas cosas que aún servían (sucias pero rescatables), algunos otros llevando cafecito y pan a los que habían perdido todo. En lo alto del camino, si se podía llamar así, un grupo de mujeres intentaba bajar a dejar desayuno, gallo pinto con huevos y chocolate, a los rescatistas, voluntarios y vecinos.
Era definitivo muchos cuerpos habían sido enterrados por el barro o aplastados por grandes piedras que habían destrozado sus casitas. Caminar por el  lugar era desolador, a lo lejos se escuchaban gritos de dolor y angustia al descubrir lo poco que se podía hacer. Entre las tareas asignadas estaban recuperar los cadáveres para sepultarlos lo más pronto posible, asi los pocos sobrevivientes tendrían un lugar al cual asistir a llorar a sus muertos, arrancados de la vida la noche anterior por la más terrible avalancha registrada en la historia de ese pueblo.
A eso de las 6:30 de la mañana una neblina espesa cubrió la montaña y el temor de un nuevo terraplén  aumentó con la lluvia helada. Pero la tarea era clara, ayudar a los vecinos de calle Las Lajas a rescatar del barro sus vidas y empezar de nuevo. La neblina cubrió el poco sol que nos calentaba y las labores apenas empezaban.

Este relato es el extracto de las conversaciones de varias personas que estuvieron presentes en el lugar de la catastrofe y anhela ser un homenaje postumo a aquellas personas humildes que que perdieron su vida en el lugar. Así mismo un aliciente para aquellos que ponen en riesgo sus vidas para ayudar a los demás. El balance de los muertos fue de 23 personas en Escazú, los daños materiales no han sido calculados aún.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente blog lo pondre en myspace

Textículos de Ceterro dijo...

Un bálsamo para el dolor es la ayuda.
Dada o recibida.
Espero que duela un poco menos.
Saludos.

miguel dijo...

en ocasiones la naturaleza golpea fuertemente a los mas débiles dejándolos vulnerables a mas sufrimiento y dolor
cada uno en las medidas de sus posibilidades ha de socorrer y apoyar a sus semejantes y considerarlo no como un extraño en desgracia sino como a un amigo que se quiere y apoya
en tu blog mas que pensar

Unknown dijo...

Anónimos; gracias. Igual me gustaría saber quiénes son.

Ceterro; duele un poco menos, gracias.

miguel; dejas tremendo pensamiento, no verse como extraños si no más bien como a amigos.

Anónimo; ¡?¡ comprendí, pero ?¡?

hpereyraf dijo...

A veces la naturaleza nos hace sentir su presencia de maneras a aun no entendemos.

Unknown dijo...

Lemon Guy, cierto no logramos entender a la naturaleza muchas veces y esa desconeccción la pagamos cara.

Damian dijo...

mira q recien me entero de lo q paso en Costa rica ( tuve q googlearlo)lo peor de todo es q uno no esta preparado muchas veces xa cosas asi

Unknown dijo...

Anónimo Chilen@, muchas gracias por pasar. Es su espacio en cualquier momento.