Tenía casi 10 años de no verlo. Él es un año mayor que yo, dueño indiscutible de unos ojazos verdes, una cara de angel y bueno mejor no hablemos del cuerpo. Aquel cabello negro y las cejas pobladas enmarcaban su cara de mucho mejor que cualquier marco veneciano.
Lo ví desde el autobús y a la distancia supe que era él. Aquella forma de vestir era muy suya, usaba una camiseta roja tipo polo y un jeans un poco flojo, su paraguas inmenso para cualquier ser humano y unos zapatos negros.
Viví enamorado de aquellos ojos y aquella cara angelical durante 20 años y ayer fue el último día de aquel enamoramiento. Uh, gracias al cielo nunca me hizo caso, ahora es un hombre bastate feo, descuidado y echado a perder.
No es que yo sea la última chupadita del mango, pero he invertido muchos recursos en mí piel, cabello y apariencia... no le temo a la vejez y me muero por tener canas. Pero tampoco uno va andar por ahí oliendo a chancho, vistiendo con ropa dos tallas de más y sin el mínimo cuidado por uno mismo.
Pareceré arrogante pero uno debe quererse aunque sea un poquito.
2 comentarios:
mmm vieras que yo si tengo una debilidad por los hombres descuidados... jeje
pero di todo pasa por alguna razon!
jaj eso mismo pienso yo... No en lo de cuidarse, pero si en lo de amarse a uno mismo más que a nadie, lo siento. Solo amandote a ti mismo puedes amar y entregarte a lo demás (y esot suena un poco místico y egocéntrico, pero yo así lo pienso).
Y tú dices que estuviste 20 años amando esos ojos verdes un poco platónicamente? Cari, es que no hay amor platónicdo que mil años dure... A mi me pasa que de un verano a otro ya no me gustan los mismos tios, y cuando vuelvo a Galicia en verano siempre vuelvo a ver a los que me gustaban el año pasado y ya no me gustan, me gustan otros, con nuevas caras, nuevas ropas, la gente envejece mal en general menos nosotros que no envejecemos, claro, jajaa
Bezos
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