marzo 18, 2010

Vacaciones

Hoy amanecí en blanco... muy cansado, hasta me dormí en los dos buses camino a mi trabajo.

Creo que necesito unas vacaciones... si unas vacaciones de mi vida por un rato. Necesito ser el otro yo, este yo que vivía despreocupado y sin angustía alguna por las cosas que pasaban. Ese otro yo que salía de su casa por las mañanas y regresaba por las noches, que no daba razones y vivía el día a día sin más preocupación que vivir feliz y tranquilo.

Aquel yo salía del brete y no volvía a pensar en este hasta que empezaba la jornada laboral del día siguiente. Que salía de trabajar y se sentaba en la plaza de la cultura a esperar a los compas para irse a la U. Iba a clases y no se preocupaba por poner atención pues la materia era muy sencilla y al terminar la lección se iba con alguno que otro amigo rumbo a la casa sin correr ningún peligro, llegaba a mi casa a eso de las 11:30 de la noche (la plata no alcanzaba para pagar taxi) cuando salía con los amigos y nunca me asaltaron. Me bajaba del último bus que llegaba cerca de mi donde viven mis papás y caminaba más de un kilometro por urbanizaciones desoladas a esas horas de la noche sin temor alguno, sólo a los perros callejeros que nunca fueron mis mejores amigos.


Necesito con urgencia esas vacaciones de mi mismo, de todo lo que soy ahora. Ese otro yo disfrutaba del sexo casual sin asustarse por los fantasmas de no tener novio, de no tener compromiso. Aquel otro yo tenía muchos conocidos algunas loquitas, algunos papacitos, tambien era amenazado por los novios de otros que pensaban que yo había tenido sexo (o al menos una mamada) con sus novios. Aquel otro tipo era un mae relax, que hacía lo que quería, salía con quien quería, se llevaba los pichazos y volvía a meter la patas por andar con aquel mae emparejado con un estudiante de medicina o de historia.

Era menos analítico y menos pendejo, almorzaba en el comedor de la ucr pues no le alcanzaba para nada más y a veces pasaba hambre todo el día, se mojaba (porque nunca andaba paraguas), tenía un solo sweter a cuadros, unas tennis tipo ron Damón y unos cuantos jeans rotos, una camiseta verde y varias de colores llamativos.

Aquel otro tipo igual era un cualquiera, si un cualquiera que vivía al día, que estudiaba al día, que amaba al día.

3 comentarios:

Unknown dijo...

waaaaaaaa me ha gustado esta entrada... la vida y los años traen consigo cambios algunos buenos, otros malos, pero nunca debemos de dejar de ser fiel a nosotros mismos...

saludos.

Anónimo dijo...

Es más facil reencontrarte con ese otro YO cuando sabes donde buscarlo.

Un beso cielo

Thiago dijo...

Ay, cari, claro.... entiendo perfectamente que añores tus tiempos de estudiantillo despreocupado, de juventud que se larga, de sexo sin preocupaciones (genial tu distinción entre sexo y mamada, jajaaj).

Entiendo eso que cuentas de pasear en soledad sin miedo a nada, pues sabiendo que como estudiante despreocupado nadie va a intentar quitarte nada. son placeres que se pierden al ir creciendo y tomar responsabilidades...

El caso es poder recordarlo con alegria y que te sigan inspirando post como estos, jaja

Bezos.