Después de dos años de mucho sacrificio logré ahorrar alguillo de plata y darme un lujo anhelado por bastante tiempo, conocer algunas ciudades europeas...
Alisté mi pasaporte y cambié unos cuantos euros en el Banco Nacional, en un invierno inusual llegué al viejo continente. Después de visitar Madrid y Londres decidí que mi próximo destino sería Paris.... oh Paris...
Me hospedé en un hotelito cerca de la Porte d'Ivry con vista a una autopista. El barrio estaba lleno de negros senegaleses de más de 1.90m que me asustaban frecuentemente, pero que en realidad me ignoraban rotundamente.
Un miércoles lluvioso ya estaba camino a mi hotel y cuando me tocó hacer trasbordo en la Place d'Italie para tomar el metro a Porte d'Ivry sentí que me miraban, era un francesito con una jeans, tenis y un abrigo de lana gris. Yo con un poco de temor le sonreí timidamente y él contestó a mi sonrisa, al acercarse me habló en un francés masticado y gutural... y yo con mi poco frances con acento latino apenas pude decir - Excuse moi, je ne parle pas francais.- Pero ni su falta de español ni mi falta de francés fueron suficientes excusas para no amanecer juntos.
Aquella noche en brazos del francés fue espectacular, entregados a nuestras pasiones nos besamos largamente entre copas de vino tinto y fresas, su casa era pequeña y limpia, con un patiecito sembrado de estrellas por la noche y de luz durante el día y repleto de plantas tratando de sobrevivir al frío invernal.
Sus besos eran dulces y algo etílicos, su cuerpo delgado y sumamente blanco, sus ojos color almendra y su cabello castaño y ensortijado. Él lucía brillante junto al bronceado de mi cuerpo que delataba claramente mi procedencia, yo delgado, de carne color caramelo, ojos oscuros y pelo lacio, jugando con aquel hombre que me susurraba en una lengua rica en sonidos y en murmullos. Esa noche el calor de su cuerpo me dejó conocer el "amor" europeo y la sencillez que nos puede llevar al máximo placer. Un besomañanero y algo que no pude comprender y él semidesnudo indicandome una taza de té y unas tostadas.
Nos bañamos juntos, con agua caliente y él tratando de balbucear algunas palabran en español me dijo - mucho gracias, jolie noche - que le contesté con beso en la boca. Yo regresé a mi hotel a cambiarme la ropa para ir a conocer Louvre y él se fue a estudiar.
Aquellos ojos color almendra en el anden del metro no han salido de mi mente después de tres años y las ansias por saborear de nuevo un cuerpo tan blanco me comen todas las noches.
9 comentarios:
Pues lo disfrutaste mucho, y así por las buenas al conocerse, ni papa uno de español, ni papa el otro de frances.. jejejej.. que maravilla.
Un beso cielo
Qué envidia!!!! Europa siempre ha sido un deseo muy profundo que tengo y solo he podido estarcon un italiano pero aca en CR... algún día lograré llegar a París o a Madrid y poder cumplir esa fantasía
saludos
un romance con un francés, la fantasía de much@s!! (incluida yo jejejeje)
aunque confieso que lo que más me gustaría es que me hablara al oído... aunque no entendiera nada...
Muy buen puesto. Me tropecé con su blog y quería decir que he disfrutado mucho navegando por tu blog. En cualquier caso, voy a ser la suscripción a tu feed, y espero que escribir de nuevo pronto!
Este fue un buen artículo para leer, gracias por compartirlo.
Hola Anónimo. que bueno que te ha gustago mi blog. Espero poder contar con vos entre mis suscriptores.
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Yo quería escribir algo en mi sitio y me dio una idea. Saludos .
Anónimo, que bueno que le pude servir de inspiración.
Si le agradecería que cuando lo escriba me permita leerlo.
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